martes, 19 de junio de 2012

"Cuando la vida se impone, hay que adaptar los sueños." re.

Y nunca diré que hay que dejar de soñar.  El ejercicio de reencauzar un sueño, una ilusión o descartar una esperanza, nos fortalece y nos hace entender que la vida es como es, no como quisiéramos que fuera.  Que el seguir viviendo a pesar de cualquier desvío que la vida nos presente, no es más que aprender una nueva ruta.  Que nadie descarta que esa nueva ruta probablemente nos lleve a un destino inesperado, pero feliz.
Creo que es de sabios el adaptarse, el descubrir la hendijita que nos llevará a un hermoso porvenir.
Hay que estar atentos a las señales de tráfico que presenta la vida misma, no solo para actuar frente a un desvío, sino para descubrir las relaciones de una sola vía, dar la vuelta en "u" y devolvernos, visualizar la señal de pare, y sobre todo, reconocer el derecho de preferencia de los otros cuando lo tengan.  No somos los únicos conductores en las vías que componen nuestras vidas.